Receta de Hígado a la cazuela

Receta de Hígado a la cazuela

Cazuela de hígado y tomate

Tengo una relación muy volátil con el hígado. Durante un tiempo pensé que no me gustaba el hígado. Pero entonces empecé a sorprenderme comiendo hígado de vez en cuando. Tras una discusión interna conmigo misma, decidí que no era cierto que no me gustara el hígado. Entonces, un día, mientras masticaba el hígado que era elástico como un neumático, empecé a cuestionarme si realmente me gustaba o no. Fue entonces cuando tuve una iluminación.

No se trataba del hígado. Podía comer y gustarme los platos de hígado bien hechos y deliciosos, pero no me gustaba el hígado que no estaba bien preparado. De hecho, esto se aplica a todas las comidas en general. Pero, por ejemplo, una sopa de lentejas no muy buena se puede comer. El hígado no es así. Ya sea bueno o malo, deja huellas. Por mucho que haya pasado el tiempo, recuerdas el hígado frito crujiente al estilo de Edirne que comiste en Edirne.

Del mismo modo, también recuerdas el peor hígado que comiste en un restaurante popular. El sabor del hígado es memorable, inolvidable. Por eso pienso que cada vez que como un buen plato de hígado, me gusta el hígado por un tiempo, y cada vez que me encuentro con un mal plato de hígado, no me gusta el hígado por un tiempo.

Cazuela de hígado y bacon al horno

El hígado encebollado es un plato reconfortante y nutritivo, perfecto para servir sobre un montón de puré de patatas. En esta receta utilizamos hígado de ternera, cuyo sabor es bastante intenso. Si prefiere aromas más suaves, cámbielo por hígado de pollo.

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El hígado (y las vísceras en general) es cada vez más popular, y cada vez más tiendas lo venden habitualmente. Si no lo venden en su tienda habitual, pregunte y quizá se lo puedan encargar. Si es posible, elija la opción de carne “alimentada con hierba” en lugar de “criada convencionalmente”.

Esta receta es versátil. Yo la sirvo con patatas de cualquier forma (asadas, hervidas o en puré). Puede sustituir las patatas por trigo sarraceno cocido, cebada perlada, cuscús u otro cereal de su elección. También son estupendas las albóndigas como la Kopytka.

Hígado y cebollas al horno: Precalentar el horno a 180°C (360°F). Coloque todos los ingredientes en una fuente apta para el horno y cúbrala con papel de aluminio. Hornear durante 35-40 minutos, retirando el papel de aluminio durante los últimos cinco. Tenga en cuenta que el hígado no quedará tan crujiente con este método.

Hígado a la cazuela en el horno

El delicioso estofado de hígado de ternera es muy fácil de hacer y está lleno de sabor. Sírvelo sobre arroz o puré de patatas y disfruta de una comida nutritiva y saludable a cualquier hora del día. Listo en menos de 20 minutos y repleto de proteínas.

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Anímate a preparar este delicioso estofado de hígado de ternera. Me encanta cuando el hígado se cocina con cebolla, a veces con un poco de crema agria y especias. ¿Sabías que también puedes cocinar el hígado en la freidora? Sale muy bueno y jugoso.

Empieza cortando las verduras en trocitos pequeños. Yo he utilizado cebolla, tomate y ajo. El apio picado sería un buen complemento si te gusta. Sofríelas con un poco de aceite hasta que la cebolla esté blanda y fragante.

Añade especias como la cúrcuma y el pimentón, la salsa de soja y la pasta de tomate. Añade el caldo de carne. Esto ayudará a abrir el sabor y además no necesitarás añadir sal adicional. Remuévalo bien y añada el hígado de ternera picado. Yo lo corté en trozos pequeños.

Cocínalo a fuego medio durante 3 minutos, removiendo. Añade el agua y déjalo cocer otros 5 minutos. Una vez hecho, pica un poco de cebolla de verdeo y cubre el plato con ella. Prueba un trocito, si crees que le falta algo de sazón añade más caldo o ajo en polvo.

Receta de estofado de hígado y bacon

Un ligero giro a la clásica combinación de hígado y cebolla, a esta sustanciosa cazuela se le ha añadido panceta ahumada que le da una deliciosa profundidad de sabor. Esta sencilla cena de cocción lenta está repleta de sabor y carne súper suculenta. Ver método

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Una vez que el plato se haya enfriado completamente, pásalo a un recipiente hermético apto para el congelador, ciérralo y congélalo durante un máximo de 1 a 3 meses. Para servirlo, descongélalo bien en el frigorífico durante la noche antes de volver a calentarlo. Cúbralo ligeramente con papel de aluminio y hornéelo hasta que esté bien caliente. Vuelva a calentar hasta que esté bien caliente.