Receta de Torta de chilaquiles

Receta de Torta de chilaquiles

Receta de torta de chilaquiles online

Un domingo por la mañana, en la colonia Condesa de Ciudad de México, las pocas personas que circulan por la calle hacen footing, montan en bicicleta o caminan. Las zapatillas deportivas adornan sus pies, la lycra abraza sus muslos y los perros tiran de sus correas.

Estos parangones del fitness eligen el ejercicio para combatir sus resacas, una elección que refleja el carácter aspiracional del barrio de clase media-alta. Muchos de los restaurantes y cafeterías del barrio fomentan estos estilos de vida centrados en la salud, mientras en cada manzana aparecen tiendas de “esto natural” y “aquello ecológico” y “bla bla bla vegano”.

En algunas variantes regionales, los totopos quedan crujientes. Tradicionalmente, sin embargo, la salsa ahoga los totopos, dejándolos deliciosamente empapados. Al igual que las tostadas francesas o las frittatas, los chilaquiles son una comida diseñada para reutilizar las sobras. Las tortillas de un día sin conservantes se secan y endurecen. Al freírlas y bañarlas en una salsa picante de tomatillo, vuelven a ser comestibles. Del mismo modo, una sobreabundancia de chilaquiles cocinados para una familia deja un reguero poco apetecible de tortillas fritas empapadas y salsa tibia. ¿Qué mejor manera de revitalizar la comida que meterla en una torta crujiente?

¿De qué están hechos los chilaquiles mexicanos?

chilaquiles, plato mexicano consistente en tiras o trozos de tortilla de maíz fritos, salteados con salsa verde o roja y cubiertos con queso, crema y cebolla. Durante el proceso de cocción también se puede añadir pollo desmenuzado, y son populares las versiones en cazuela.

¿Cómo se llama la torta de chilaquiles?

La torta de chilaquiles es un singular bocadillo mexicano para el desayuno, especialmente popular en Ciudad de México, donde también se conoce como torta tecolota.

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¿Cuál es la base de los chilaquiles mexicanos?

Normalmente, las tortillas de maíz cortadas en cuartos y ligeramente fritas u horneadas para una versión más ligera son la base del plato. Sobre los crujientes triángulos de tortilla se vierte salsa verde o roja. La mezcla se cuece a fuego lento hasta que la tortilla empieza a ablandarse. A veces se añade pollo desmenuzado a la mezcla.

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Las temperaturas del horno son para horno convencional; si utiliza ventilador forzado (convección), reduzca la temperatura en 20˚C. | Utilizamos cucharadas y tazas australianas: 1 cucharadita equivale a 5 ml; 1 cucharada equivale a 20 ml; 1 taza equivale a 250 ml. | Todas las hierbas son frescas (a menos que se especifique lo contrario) y las tazas están ligeramente envasadas. | Todas las verduras son de tamaño medio y están peladas, salvo que se especifique lo contrario. | Todos los huevos son de 55-60 g, a menos que se especifique.

Para las tortillas, mezclar la masa, la sal y el agua en un bol grande hasta formar una masa blanda. Si está seca, añadir 1 cucharadita de agua cada vez. Dividir la masa en bolas de 2 cm de diámetro. Cubrir con un paño limpio y húmedo para evitar que la masa se seque.

Poner el pollo, la cebolla, el ajo y la sal en una cacerola, cubrir con agua, llevar a ebullición y cocer a fuego lento hasta que el pollo esté bien cocido. Retira el pollo y, cuando esté lo suficientemente frío como para poder manipularlo, desmenúzalo.

Para hacer la torta de chilaquiles, parta un panecillo vietnamita a lo largo sin cortarlo por la mitad y tuéstelo. Coloque la mezcla de chilaquiles en el panecillo. Cubra con el pollo desmenuzado, la mezcla de queso ricotta y feta, la crema agria y el cilantro.

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No hay mucha receta; comienza con una tanda de chilaquiles rojos o verdes (haz clic aquí para ver la receta) cubiertos con cebolla, crema y queso fresco, y una generosa porción de chuleta de pollo empanizada, que, junto con un bollo crujiente, podría servirse como una comida emplatada:

Divulgación completa: Personalmente, no creo que pudiera recomendar este bocadillo con la conciencia tranquila; hay una sobrecarga de calorías, carbohidratos y grasa, y muy pocas verduras (sólo cebolla y salsa). Fui cautelosa y me comí sólo la mitad de esta torta, ¡y mi barriga seguía disgustada! El sabor era agradable, pero honestamente, no más que la suma de las partes, y es realmente complicado de comer, por lo que la ventaja de la portabilidad no es tan grande al final.

Sin embargo, pensé que valdría la pena compartir la historia como curiosidad y, ¿quién sabe? Tal vez sólo sea yo, ya que cientos de insulsos habitantes de la Ciudad de México disfrutan de estas tortas de chilaquiles todos los días, a veces haciendo cola durante más de una hora para conseguir su comida.

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La primera vez que los comí fue en Puerto Alegre en San Francisco hace aproximadamente 10 años. Me enamoré del platillo y del mole rojo inmediatamente. Ambos son difíciles de conseguir aquí en los Países Bajos, así que he tenido que conformarme con salsas instantáneas y mezclas tailandesas-mexicanas de mi propia creación.

Por suerte para mí, GoodCook (una de mis editoriales holandesas favoritas de libros de cocina) tuvo la amabilidad de enviarme una copia de su recién publicada traducción de Comida Mexicana (sólo para el Reino Unido) de Rosa Cienfuegos. Es una lectura estelar. Con increíbles fotografías de Alicia Taylor. Así como una maravillosa historia personal de la creación de un hogar lejos del hogar.

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Como ya se ha mencionado, puede ser difícil encontrar ingredientes mexicanos en los Países Bajos. Sin embargo, en los últimos 10 años la situación ha mejorado mucho. Así que pude encargar tomatillos y jalapeños para hacer salsa verde fresca, así como tortillas frescas para freír mis propios totopos a Westland Pepers. Las tortillas las hace la Tortillería Taiyara, que suministra a los mejores restaurantes y totopos de Holanda. También puedes encargarle tus totopos ya hechos.