Receta de Frijoles colorados con carne de puerco
Rachel cocina con amor pico de gallo
Frijoles Puercos es una sustanciosa sopa mexicana hecha con frijoles pintos, tocino, chorizo, chuletas de cerdo ahumadas, cebolla, chile serrano, ajo y cerveza. Literalmente, Frijoles Puercos significa frijoles sucios, pero puerco también es la palabra española para cerdo. Esta sopa se elabora con una variedad de productos del cerdo deliciosamente carnosos, como tocino, chorizo, chuletas de cerdo ahumadas, jamón y salchichas. Por eso en nuestra familia llamamos a esta sopa tradicional mexicana Frijoles Puercos, mientras que otras familias pueden conocer este plato como Frijoles Charros o Frijoles Rancheros.
Cualquiera que sea el nombre que decidas darle a este plato, estoy seguro de que estarás de acuerdo en que esta sustanciosa y deliciosa sopa mexicana de frijoles es perfecta para cuando empieza a refrescar. Y no olvides servirlo con un bolillo crujiente para sopear (mojar) en el sabroso caldo.
En una olla grande para sopa u horno holandés, fríe el tocino a fuego alto hasta que esté dorado y crujiente. Escurrir el exceso de grasa del tocino (reservar para hacer los frijoles refritos). Añada el chorizo y las chuletas de cerdo ahumadas deshuesadas. Saltear de 5 a 7 minutos hasta que el chorizo esté bien hecho. Agrega la cebolla, los chiles serranos y el ajo; saltea de 3 a 5 minutos hasta que la cebolla esté transparente. Añade el jamón y los salchichones y saltea 2 minutos más. Por último, agregue los frijoles cocidos, el caldo de frijol, la cerveza y el cilantro fresco; sazone ligeramente con sal gruesa. Lleve la sopa a ebullición a fuego fuerte. Tape y reduzca el fuego a bajo; deje cocer a fuego lento durante unos 20 minutos.
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NutriciónCalorías: 564kcal | Carbohidratos: 14g | Proteína: 87g | Grasa: 16g | Grasa saturada: 5g | Colesterol: 238mg | Sodio: 1768mg | Potasio: 1745mg | Fibra: 5g | Azúcar: 7g | Vitamina A: 4342IU | Vitamina C: 7mg | Calcio: 43mg | Hierro: 3mg
Acerca de Maggie UnzuetaMaggie Unzueta es escritora/bloguera, fotógrafa, desarrolladora de recetas, videógrafa y creadora de In Mama Maggie’s Kitchen. Ha estado desarrollando comida mexicana fácil y auténtica, recetas inspiradas en México y consejos de viaje desde 2010. Desde recetas familiares hasta sus extensos viajes por México, Maggie lleva los sabores tradicionales mexicanos del sur de la frontera a tu cocina. Maggie ha aparecido en notables sitios web culinarios y otros medios de comunicación. Para más detalles, visita su página Acerca de.
Alubias rojas
Kenji fue director culinario de Serious Eats y actualmente es consultor culinario del sitio. También es columnista gastronómico del New York Times y autor de The Food Lab: Better Home Cooking Through Science.
¿A alguien más se le pone la carne de gallina pensando en el último plato de chili realmente bueno que comió? La temporada de chili es algo que espero con impaciencia todos los años. Ese momento en el que, incluso como habitante de la costa que se supone que ama las verduras y que realmente lo hace, pero que a veces quiere enormes tazones de carne, por fin se te permite acurrucarte frente a lo que es esencialmente un gran tazón de carne tierna como una cuchara y hincarle el diente sin que nadie te eche un segundo vistazo, una mirada de reproche a tu glotonería.
Y aunque el chili con carne al estilo tejano -con grandes trozos de tierna carne de vacuno cocinados a fuego lento en una salsa sin tomate ni frijoles- sea más conocido, la carne adobada -su prima neomexicana a base de carne de cerdo- es igualmente deliciosa.
Nunca he entendido por qué no tiene tanto reconocimiento como el chili con carne. Quizá sea porque la carne de vaca es tan descarada y atrevida, mientras que la de cerdo requiere un poco más de sutileza, un poco más de paciencia para hacerlo bien, para entenderlo. Cuando por fin lo consigues, cuando por fin sientes un sabor que te hace pensar… lo entiendo, puede ser igual de satisfactorio y delicioso.
Frijoles colombianos receta vegetariana
CUANDO LOS ESPAÑOLES nos “descubrieron” hace quinientos años, la población estimada en la Isla no superaba los 200.000 habitantes que vivían en armonía con la naturaleza. Sus principales fuentes de alimentación provenían de los ríos, lagos y mares ricos en proteínas; también realizaban una agricultura rudimentaria que les aportaba calorías, vitaminas, sales minerales y fibra.En algunas regiones de Cuba aún conservan la costumbre de elaborar el “casabe”, una especie de pan hecho a base de casaba. Algunos frutos y pequeños animales salvajes completaban su dieta. Solían preparar una bebida con productos fermentados y aportaron a la cultura mundial el hábito poco saludable de fumar.
¡La comida cubana ya no es lo que era! Durante los oscuros días del periodo especial en que los cubanos estaban aislados del mundo y su rico vecino del norte privaba a los isleños de su cornucopia de superabundancia, los cubanos (y sus invitados) se limitaban a una monótona dieta de arroz y frijoles a veces complementada con pollo, pescado o cerdo.