
Receta de Puerros gratinados con alcachofas
Gratinado de patata y pataca
Home > Blog > Holiday > Holiday Side Dishes > Patatas gratinadas Jump to Recipe¡La única receta de patatas gratinadas que necesitará! Es tierna y cremosa con una corteza deliciosamente crujiente y con queso. Es la mejor guarnición cargada de carbohidratos para casi cualquier comida.
Las patatas gratinadas son un plato que se puede comer en cualquier momento del año, aunque nuestra época favorita para disfrutar de ellas es durante el otoño y el invierno. Son una guarnición perfecta para casi todo y son especialmente buenas para servir a un grupo grande de personas.
Siempre que hago estas patatas, son lo primero que desaparece, así que diría que es una buena señal. Las patatas están tiernas, cremosas y absorben todos los deliciosos sabores del ajo y el queso, ¡y se terminan con una parte superior crujiente, dorada y burbujeante!
Un gratinado es una técnica tradicional francesa que consiste en un plato cubierto con queso, mantequilla, pan rallado o una combinación de los tres y horneado y/o asado para formar una parte superior dorada y crujiente. El plato gratinado más conocido son las patatas gratinadas, aunque se pueden gratinar muchas cosas diferentes.
¿Qué sabores combinan con la alcachofa?
La alcachofa de flor púrpura tiene un aroma floral y cítrico que combina bien con otros ingredientes de aroma cítrico como limones, limas, bergamotas y pomelos. Las hierbas frescas, como la albahaca, el cilantro e incluso el chile, complementan las notas florales de la alcachofa, al igual que carnes como el pato, el tocino y la gamba frita.
¿Por qué no deben remojarse en agua las rodajas de patata para el gratinado antes de añadirlas a la crema?
No recomiendo remojar las patatas en agua con antelación para nuestras patatas gratinadas (como piden algunas recetas). Al remojarlas, pierden parte de su almidón, que ayuda a mantener la cremosidad de este plato. El plato quedará crujiente sin remojar las patatas.
Cazuela de patatas y puerros pioneer woman
Como no suelo tener antojo de patatas gratinadas a fuego lento en un baño de nata con un toque de queso y un fino crujiente por encima, cuando lo hago, sé exactamente cómo quiero que sepa y cuánto trabajo estoy dispuesta a hacer para conseguirlo. Ya que han pasado once años desde la última vez que compartí un gratinado de patatas aquí, creo que vale la pena volver a visitarlo ahora que nos dirigimos a la temporada de gratinados, que no es tal, me lo acabo de inventar, pero que realmente debería serlo para el clima más frío y los días más cortos.
Prefiero las patatas sin pelar; me gusta la definición de los bordes cuando se hornean. Prefiero las pilas de patatas inclinadas hacia un lado y hacia otro que las tradicionales capas planas, porque crean más textura y una densidad más suelta. Me encantan los trozos grandes de puerro en las patatas gratinadas, no salteados y escondidos, sino incrustados por todas partes, compartiendo el protagonismo. Prefiero el queso sólo por encima y, aunque también me gustan las migas, hay que pasarlas primero por mantequilla para que me recuerden a una tostada con mantequilla y no, digamos, a serrín. Y, aunque en el pasado he hecho gratinados con leche o leche y media, creo que, sobre todo en este momento, si vamos a hacer algo, deberíamos hacerlo de forma espectacular, y para eso hace falta nata espesa. No tanta como para ahogar las patatas, pero sí la suficiente como para que adquieran la lujosa textura que hace que merezca la pena soñar despiertos con un gratinado.
Gratinado de patacas y puerros
Esta receta de Cazuela de alcachofas, patatas y puerros y las fotos que la acompañan son un post invitado de Julie, de The Little Kitchen. Se ha editado desde su publicación original para incluir información adicional.
Esta receta de Cazuela de alcachofas, puerros y patatas apareció en la revista Everyday Food de octubre de 2011. Cuando vi esta receta por primera vez, pensé que la patata era la estrella, pero en realidad lo eran las alcachofas y los puerros.
Nunca había cocinado con queso Neufchatel (que es un queso cremoso bajo en grasa), así que me hizo mucha ilusión probarlo. No será la última vez que cocine con él, añadía un sabor agradable al guiso y no parecía en absoluto que tuviera menos grasa.
¿Está bien admitir que limpié este plato en cuanto tomé la última foto? Me encanta la acidez del queso Neufchatel junto con el zumo de limón. Si te gusta un poco menos ácido, utiliza menos zumo de limón.
Hornea estos puerros con queso y patatas en una fuente de horno poco profunda, como una fuente para gratinar. De este modo, las capas se cocinan por completo y las patatas se hacen lo suficiente. Una fuente honda hará que las patatas tarden más en hornearse.
Sopa de pataca
2. En una sartén mediana a fuego medio, calentar el aceite. Añadir los puerros y la mitad de la sal; cocinar, removiendo de vez en cuando, hasta que se ablanden, de 6 a 8 minutos. Incorporar el ajo y el tomillo; cocinar, removiendo, hasta que el ajo esté ligeramente dorado, 3 minutos. Retire del fuego y reserve.
Consejo: Coloque una bandeja de horno debajo de la bandeja para evitar que caiga queso al suelo del horno. Además, la bandeja soporta la pesada fuente de horno, haciéndola más segura al sacarla del horno.
Preparar con antelación: Haz la receta entera hasta 3 días antes; enfríala y refrigérala tapada. Llevar a temperatura ambiente y recalentar, cubierto con papel de aluminio, a 350°F, retirando el papel de aluminio hacia el final del tiempo de horneado.