Receta de Bonito encebollado con pimientos
Eneko sukaldari
Desde finales del siglo XIX, Olasagasti ha estado conservando marisco fino con un proceso perfeccionado a lo largo de más de 100 años. Olasagasti es una empresa nacida de la fusión de dos hermosas culturas, una unión que ha perdurado para bendecirnos con elegantes latas de conservas llenas de sabor. Elaboradas con un saber hacer centenario, su ingrediente secreto es el mar Cantábrico. Sus gélidas aguas, que se extienden a lo largo de 800 kilómetros de la costa vasca, proporcionan un amplio caldo de cultivo para un marisco abundante.
Salvatore Orlando fue enviado desde su Sicilia natal a la costa cantábrica, concretamente a Getaria, Gipuzkoa, a finales del siglo XIX. Fue el primero en introducir las antiguas técnicas italianas de salazón en la comunidad vasca. En Getaria se enamoró y creó una vida con Simona Olasagasti, con la que tuvo seis hijos y un puñado de negocios familiares. Conservas Olasagasti se creó como una amalgama de ingredientes, recetas y técnicas tradicionales italianas y vascas que se envasan cada una en lata o tarro, con el máximo cuidado. Hoy, el nieto de los pioneros de Olasagasti dirige la fábrica en Markina, Bizkaia, manteniendo la filosofía con la que se fundó.
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Las temperaturas del horno son para horno convencional; si utiliza ventilador forzado (convección), reduzca la temperatura 20˚C. | Utilizamos cucharadas y tazas australianas: 1 cucharadita equivale a 5 ml; 1 cucharada equivale a 20 ml; 1 taza equivale a 250 ml. | Todas las hierbas son frescas (a menos que se especifique lo contrario) y las tazas están ligeramente envasadas. | Todas las verduras son de tamaño medio y están peladas, salvo que se especifique lo contrario. | Todos los huevos son de 55-60 g, a menos que se especifique.
Calentar 2 litros de agua, el apio, las hojas de laurel y 1 cebolla entera en una olla grande a fuego fuerte. Llevar a ebullición. Bajar el fuego, añadir el pescado y cocer a fuego lento durante 10 minutos para hacer un caldo de pescado. Retirar el pescado de la olla.
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En Go Basque somos amantes de la gastronomía y nos gusta cocinar (y comer). Por eso queremos aprovechar este espacio para compartir algunas de las recetas tradicionales del País Vasco. Dado que actualmente es temporada de Bonito del Atlántico (Albacora o Bonito del Norte), no se nos ocurrió mejor manera de homenajear a este pescado veraniego que dedicar nuestra primera entrada del blog de comida vasca a cocinar un plato de “Bonito encebollado”, un plato tradicional vasco que se puede preparar fácilmente en casa. El bonito es un pescado de temporada que se vende en las pescaderías durante todo el verano aquí en el País Vasco. Durante esta época del año, es típico reunirse en cualquiera de las sociedades gastronómicas de San Sebastián para disfrutar de este plato con los amigos. Sin embargo, si no puede comprar o encontrar Bonito, ¡no se preocupe! En su lugar se puede utilizar un filete grueso de atún.
1. Calentar el aceite en una sartén grande a fuego medio. Añada las cebollas y los pimientos verdes previamente pelados y cortados en rodajas, y sal. No se preocupe si cree que hay demasiada cantidad en la sartén porque se reducirá considerablemente a medida que se cocine. A nosotros nos gusta pelar los pimientos antes de cocinarlos porque, de lo contrario, las pieles se sueltan durante el proceso de cocción y creemos que hace que el plato sea menos delicado. Sin embargo, hay quien prefiere el pimiento con piel, así que ¡usted decide!
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El atún que se ofrece en esta conserva no procede de cualquier lugar, no: se trata de un bonito del norte, cuyo nombre y fama hablan por sí solos. Esta codiciada especie se captura en el Cantábrico mediante la técnica del anzuelo para que el pez sufra lo menos posible y, por tanto, la carne sea de la máxima calidad. Su suave textura y delicado sabor han convertido a este pescado en el ingrediente principal de muchos platos clásicos del norte de la península, como el de esta lata.
La elaboración de esta conserva de atún sigue una receta de gran tradición marinera. En primer lugar, el atún se eviscera y se somete a un despiece, donde se seleccionan las mejores partes. A continuación, los lomos se colocan sobre una capa de cebolla y pimiento verde para cocerlos juntos a fuego lento. Una vez finalizada la cocción, los lomos se enlatan a mano y se cubren con aceite de oliva virgen extra de la variedad arbequina y sal gorda.
Su caducidad es de 4 años desde la fecha de fabricación, sin embargo, los expertos conserveros aconsejan que, una vez abierto el producto, se consuma en 24 horas. El lugar idóneo para su conservación debe ser fresco, seco y no superar los 35ºC, sin necesidad de refrigeración industrial.