Receta de Merengue sin azúcar

Galletas de mantequilla de cacahuete bajas en carbohidratos

Las pavlovas son de ensueño. Para los no iniciados, una pavlova (llamada así por el esponjoso tutú de la famosa bailarina) es básicamente una cubierta de merengue horneada a fuego lento hasta que el exterior está apenas dorado y crujiente, pero el interior sigue siendo suave y esponjoso, como un cremoso malvavisco. Después se rellena con nata montada, crema o compota de frutas.

Y, como ya hemos dicho, el resultado es de ensueño. Las pavlovas son una opción espléndida para recibir invitados, ya que, al contrario de lo que podríamos pensar de un merengue delicado, son bastante resistentes y se pueden preparar con uno o dos días de antelación sin ningún problema. Sólo tienes que guardarlos en un recipiente hermético para que no absorban la humedad del ambiente y pierdan su deliciosa textura crujiente, y cubrirlos justo antes de servir.

Como probablemente sepas, los merengues se componen principalmente de dos ingredientes: claras de huevo y azúcar. En este binomio de poli bueno y poli malo, el azúcar es sin duda el poli malo, mientras que las claras de huevo son consideradas un alimento francamente saludable por mucha gente que parece que sabe de lo que habla en el gimnasio. (No se equivocan, por cierto, una clara de huevo tiene 5 gramos de proteínas, con sólo 25 calorías y nada de grasa). El azúcar es lo que da a las pavlovas su exquisito interior. Así que me pregunté: ¿Hasta qué punto podía reducir el azúcar sin arruinar la textura y crear un extraño bocadillo proteínico que sólo querrían comer mis amigos del gimnasio?

Merengue bajo en calorías

El merengue es súper fácil de preparar y hornear y es sencillo añadirle extracto y colorante alimentario. Con unas pocas sustituciones como una alternativa de azúcar baja en carbohidratos para el azúcar real y extracto de menta en lugar de vainilla, puede personalizar rápidamente esta receta fácil.

El merengue empezará a endurecerse y a formar picos. Para comprobar si está listo, pase una pizca de merengue entre el pulgar y el dedo y busque azúcar arenosa. Si la hubiera, seguir batiendo el merengue hasta que desaparezca y se formen picos firmes.

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Galletas Keto

Parece un proceso mágico. Desde que era pequeña siempre me ha sorprendido cómo al batir claras de huevo húmedas y pegajosas con azúcar se produce la transformación en una espuma blanca como la nieve, espesa y brillante que, al hornearse, se convierte en una estructura dulce, ligera y crujiente de delicadas burbujas de aire incrustadas de azúcar. Ha nacido un merengue.

Al batir, no sólo se rompe la estructura original de la clara de huevo, sino que esta acción acaba creando una nueva estructura en forma de espuma. Al batir las claras por primera vez, los enlaces proteínicos se separan y se desenrollan. A medida que se sigue batiendo, las proteínas se vuelven a unir sin apretar y se vuelven a unir alrededor de las burbujas de aire y la humedad para crear una espuma.

Los huevos frescos son ácidos, y esta acidez hace que las proteínas de la clara estén muy unidas. A medida que el huevo envejece, se vuelve más alcalino y las proteínas empiezan a separarse unas de otras, lo que hace que la clara se vuelva más fina.

Si tenemos en cuenta la temperatura de los huevos, aunque los huevos refrigerados hacen una espuma más estable, yo siempre utilizo los huevos más frescos posibles a temperatura ambiente para conseguir una espuma lo suficientemente estable pero que no tarde demasiado en formarse.

Merengue de 1 caloría

Probar diferentes estrategias para hacer merengues sin azúcar ha sido algo que he intentado muchas veces a lo largo de los años, sólo para rendirme y volver a intentarlo cuando me animaba. El problema siempre ha sido que quiero la perfección. Quiero ese crujido perfecto en todo el merengue y no quiero ningún regusto con el edulcorante sin azúcar utilizado. Ni que decir tiene que algunos edulcorantes sin azúcar no funcionan tan bien como el que se sugiere en la receta de abajo. El otro problema que siempre he tenido es que quería que estos pequeños merengues tuvieran altura y no se aplastaran, y eso, amigos míos, depende de las claras de huevo a punto de nieve.

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