Receta de Endibias estofadas

Receta de Endibias estofadas

Receta de endibias

Es difícil encontrar algo más ligero y fácil de digerir y preparar que las endibias. Mientras que su textura crujiente y su amargor las hacen estupendas crudas, estas verduras se deshacen en la boca cuando se cocinan. Esta transformación ayuda a que sean un éxito con todo el mundo, incluso con los más quisquillosos.

Cocinadas: Estofadas, desmenuzadas, salteadas, cocidas con nata o simplemente al vapor, las endibias combinan a la perfección con carnes blancas, caza (su amargor contrasta con el sabor más fuerte de la caza y lo realza), pescados y vieiras.

Truco para reducir el amargor de las endibias cocidas: Una vez cocidas, saltee las endibias en un poco de mantequilla con un terrón de azúcar. El objetivo es caramelizar toda la superficie de la escarola. El contraste entre la piel crujiente y dulce y el corazón ligeramente amargo del interior es delicioso.

A partir de los 6 meses, los niños pueden comer endibias en puré mezcladas con patatas y otras verduras (zanahorias, calabacines, puerros, etc.) para reducir su amargor. A los niños también les gustan en sopas, y los mayores disfrutan comiéndolas crudas o en trozos bien cocidos.

¿Cuál es la mejor manera de comer escarola?

La escarola belga es un buen complemento para las ensaladas, sobre todo las que contienen queso, pero también aguanta bien el calor. Está deliciosa salteada con mantequilla y se puede estofar, asar y añadir a sopas y guisos, pastas, quiches y sándwiches.

¿Cómo se cocinan las endibias?

Calentar el aceite en una sartén pesada. Añadir las mitades de escarola, con el corte hacia abajo, y dorar a fuego medio-alto durante un par de minutos por cada lado, dándoles la vuelta una vez, hasta que estén doradas pero todavía algo firmes en el centro. Salar al gusto, pasarlas a una fuente y cubrirlas con papel de aluminio para mantenerlas calientes.

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¿Cómo hacer que las endibias sean menos amargas?

Consejo para reducir el amargor de las endibias cocidas: Después de la cocción, saltee las endibias en un poco de mantequilla con un terrón de azúcar. El objetivo es caramelizar toda la superficie de la escarola. El contraste entre la piel crujiente y dulce y el corazón ligeramente amargo del interior es delicioso.

Recetas de escarola belga al horno

La escarola belga no es muy apreciada. Su aspecto no es muy atractivo una vez cocida, con su exterior gris y viscoso. Por eso, en general, hoy en día esta verdura se come cruda como ensalada, o sólo ligeramente cocida.

Imagínense mi horrorizada sorpresa cuando leí la receta de endibias belgas de Maurice Joyant en su libro de cocina La cuisine de Monsieur Momo, célibataire de 1930, en la que la verdura se cuece nada menos que dos horas. ¡¡¡DOS HORAS!!! Pero aun así elegimos esta receta como una de las dos verduras para nuestra cena de Navidad de 2018 que consistió enteramente en recetas de este libro de cocina. Seguimos la receta al pie de la letra, y el resultado fueron las endivias belgas más deliciosas que he probado nunca. Así que nunca asumas de antemano que una receta es mala cuando no se ajusta al gusto o la práctica modernos, sino que primero prepara el plato tal y como lo describió el autor. Por cierto, las endibias belgas no se cuecen, sino que se guisan muy lentamente en su propio jugo con mantequilla.

Escarola estofada con jamón serrano

Las endivias braisées son una receta clásica de la cocina belga. Están deliciosas solas o aderezadas. Las endibias belgas son muy populares en Europa como plato reconfortante o como guarnición en cualquier cena.

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En el Reino Unido, las endibias belgas se conocen como achicoria, que en EE.UU. se refiere a la escarola rizada, las hojas, que se utilizan como especie de ensalada. En Australia y Nueva Zelanda, las endibias belgas se conocen por su nombre holandés (perdón belgas, quiero decir flamencos) Witloof. Confusión, confusión.

Derrita la mantequilla en la sartén y añada los trozos de beicon. Se fríen a fuego medio hasta que estén crujientes, con cuidado de que no se quemen, removiendo de vez en cuando. Cuando estén bien dorados, sáquelos de la sartén y escúrralos en papel absorbente. Deseche la mayor parte de la grasa acumulada en la sartén. Dejar sólo unas 2 cucharadas. Raspe los trocitos de tocino que hayan quedado en el fondo de la sartén. Le dan un sabor extra a la salsa de vino y nata más tarde.

Añada primero las endibias cortadas hacia abajo en una sola capa. Espolvoréalas con pimienta. No añadas sal en este momento porque el bacon ya está salado. Espolvorea los palitos de bacon alrededor de las endibias y añade el vino blanco. Llévelo todo a ebullición. Reduzca el fuego y saltéelas suavemente durante 30 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando, hasta que estén bien doradas pero no se deshagan. Pincharlos en el centro con un cuchillo pequeño para comprobar que están hechos. Añadir el zumo de limón y la nata dando vueltas a la sartén para mezclar los jugos. Probar de sal. Calentar de nuevo sin dejar que hierva.

Escarola estofada con jamón y gruyere

Hay algunas claves sencillas para conseguir unas endibias estofadas con éxito, tiernas, sabrosas y bien doradas. En primer lugar, elija un recipiente de cocción en el que las endibias quepan en una sola capa y que tenga una tapa hermética. En segundo lugar, cuando la receta dice “sin remover”, significa que no hay que complicarse la vida: hay que dejar la tapa puesta y dejar que la escarola se cocine lenta y constantemente.

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Se puede jugar con esta sencilla receta de varias maneras. En primer lugar, puede utilizar caldo de pollo, caldo de verduras o vino blanco en lugar de agua para darle un toque extra de sabor. También puede esparcir un puñado de hierbas frescas picadas, como perejil, sobre las endibias antes de servirlas.