Receta de Espaguetis a la anchoa y champiñones
Pasta con setas
Esta es una receta fabulosa para un plato de pasta ligero y sabroso lleno de verduras. La mezcla de anchoas y ajo crea un sabor y un aroma increíbles, y las hojuelas de pimiento rojo triturado añaden un toque agradable. Esta receta admite tanto ajo como quieras, así que llévala al límite.
(-) Actualmente no se dispone de información sobre este nutriente. Si sigue una dieta restrictiva desde el punto de vista médico, consulte a su médico o dietista titulado antes de preparar esta receta para consumo personal.
Pasta de la despensa con ajo, anchoas y parmesano
Si nunca has probado la pasta con anchoas, estás de suerte. Si te parece intimidante, no te preocupes. Este plato no sólo es increíblemente fácil, sino que los sabores no son exagerados. Las anchoas y el ajo laminado se calientan suavemente en aceite de oliva virgen extra hasta que los filetes se disuelven, creando una salsa rica y sabrosa. Esta receta de pasta se prepara en unos 20 minutos y es una adaptación del último libro de cocina de Anthony Bourdain, Appetites.
Notas1/2 cucharadita de pimienta roja molida no añade mucho picante, sólo un poco de sabor y calidez de fondo. Yo añadí una pizca más de pimienta roja molida, pero no resultó demasiado picante. Puedes añadir un poco más si te gusta el picante.
NutriciónCalorías: 303kcal | Carbohidratos: 43g | Proteínas: 10g | Grasas: 9g | Grasas saturadas: 2g | Colesterol: 6mg | Sodio: 108mg | Potasio: 156mg | Fibra: 1g | Azúcar: 1g | Vitamina A: 50IU | Vitamina C: 0.7mg | Calcio: 96mg | Hierro: 1mg
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Pasta con anchoas frescas
Una de las cosas que más aprecio de mi infancia es la libertad que me daban mis padres para aventurarme en los restaurantes. Siempre pensaron que si mis hermanas y yo teníamos curiosidad por probar algo del menú, debíamos hacerlo. Eso me permitió, en cierto modo, hacer mis propios descubrimientos gastronómicos a una edad temprana, aunque la experiencia no siempre fuera agradable.
Al haberme criado con una dieta principalmente asiática, las anchoas y la pasta de gambas no me eran desconocidas: ambas me gustaban. ¿Pero el requesón? Lo consideré un fracaso cuando, a los 10 años, lo pedí como acompañamiento de mi desayuno. ¿Y la salsa Alfredo? Esta adulta que adora todo lo rico y cargado de nata lo rechazaba de niña en la pasta. Yo era una chica de salsa roja. Por último, al crecer en San Francisco, donde incluso hace 30 años se podían hacer descubrimientos gastronómicos en cada esquina, conocí mi primera hamburguesa de champiñones portobello. Para mí, una hamburguesa significaba una hamburguesa de ternera y dos panes. Cuando llegó mi pedido y vi el champiñón más grande que había visto nunca, sin carne a la vista, me convencí de que alguien en la cocina había cometido una grave omisión al preparar mi “hamburguesa”. Esto fue durante los días de la famosa campaña publicitaria de Wendy’s. Quería hacer como Clara Peller y decir: “¿Dónde está la carne?”.
Pasta italiana con anchoas
Kenji fue director culinario de Serious Eats y actualmente es consultor culinario del sitio. También es columnista gastronómico del New York Times y autor de The Food Lab: Better Home Cooking Through Science.
“Puttanesca” se traduce literalmente como “al estilo de las prostitutas”, supuestamente porque los penetrantes aromas del ajo, las anchoas, las alcaparras y las aceitunas mezclados con pasta eran la forma en que las trabajadoras del sexo napolitanas llevaban a los clientes hasta sus puertas. Esta es una de esas historias que parecen, en palabras de Douglas Adams, apócrifas o al menos tremendamente inexactas.
El primer paso de la pasta a la puttanesca es muy similar al de la pasta con aglio e olio (ajo y aceite de oliva): condimentar abundante aceite de oliva virgen extra de buena calidad sofriendo lentamente en él ajo y copos de guindilla. La puttanesca aumenta el factor picante añadiendo anchoas a la mezcla. Puede cortar el ajo en láminas finas o en trocitos, según le apetezca -sinceramente, yo lo hago de las dos maneras con la misma frecuencia-, pero las anchoas deben picarse muy finas para que se disuelvan en el aceite al cocinarse.