Sangría de cava casera
Receta fácil de sangría de cava
La sangría no sólo es un gran refresco veraniego, sino también una excelente opción para preparar con antelación y salir de detrás de la barra y socializar con tus invitados. Las recetas de sangría varían mucho, pero los elementos clave -un vino que te guste, tus frutas favoritas, un toque de azúcar, un poco de licor y un toque final de efervescencia- son todo lo que necesitas. A partir de ahí, depende de ti cómo prefieras mezclarlo.
Frutas: El zumo de limones, limas y naranjas crea una base de sabor brillante, luego mézclalo con cualquier fruta que te guste: manzana, pera, melocotón, melón, piña, uva, kiwi, mango, fresas, arándanos o frambuesas.
Licor: Unos chupitos de brandy o un licor a base de fruta añaden profundidad al sabor y un poco de “punch”. Prueba: brandy, ron, vodka, Cointreau, Grand Marnier, Triple Sec, Peach Schnapps o los muchos otros licores aromatizados.
Este ponche de vino puede tener un nombre español, pero la gente había estado haciendo ponches de vino tinto en toda Europa durante cientos de años. Una versión llamada Claret Cup era un básico en las fiestas de muchos círculos sociales (consistía en vino tinto, limón, azúcar y agua carbonatada). Se dice que los estadounidenses no probaron bien la sangría hasta que se introdujo en la Feria Mundial de Nueva York de 1964. Desde entonces, esta creación fría y afrutada se ha convertido en un clásico de las fiestas veraniegas.
Qué es la sangría de cava
La sangría es una bebida a base de vino originaria de España y Portugal (de hecho, sólo la sangría procedente de estos países ibéricos puede denominarse “sangría”). Las variantes de este ponche -a menudo servido en jarras listas para la fiesta- varían mucho de una región a otra, pero tradicionalmente se compone de vino (tinto, rosado, blanco o, en esta receta, un cava crujiente), fruta y un mezclador, además de otros licores y bebidas espirituosas.
La sangría es el aperitivo perfecto; si no utiliza vino espumoso (que pierde sus burbujas), puede prepararla con antelación y guardarla en la nevera durante unas horas, para que los sabores se mezclen y desarrollen. Nos encanta servirlo con sabores andaluces clásicos (por ejemplo, pimientos de padrón a la plancha, seguidos de una rebanada de tortilla española o este arroz con pollo y chorizo en una sartén).
Sangría de cava vs sangría
La sangría, un delicioso ponche de vino y favorito de los españoles, tiene una larga historia. De hecho, sus humildes orígenes se remontan a hace más de 2.000 años. Pero incluso con una historia tan larga y deliciosa, saber qué poner en la sangría puede ser más complicado de lo que se piensa. Verás, los criterios para la sangría son bastante sencillos: vino, fruta troceada y ¡lo que tú quieras! No hay reglas sobre qué tipo de vino (aunque la mayoría de la gente prefiere tinto) o fruta se utiliza, y algunas sangrías se hacen incluso con diferentes especias o licores.
Echemos un vistazo a los orígenes de la sangría y veamos por qué. Los primeros griegos y romanos necesitaban una solución para el agua contaminada por bacterias. La solución rápida era mezclar el vino de mesa (que no era muy bueno) con lo que tuvieran a mano, como azúcar, especias y cualquier otra cosa que pudieran utilizar para darle un toque especial. La creación, parecida al vino caliente, se llamaba “hippocras” y se bebía a todas horas (el agua era peligrosa). Los españoles tuvieron la misma idea, probablemente debido a sus relaciones comerciales con los romanos, pero bautizaron la bebida con el nombre de sangría. El nombre se quedó, ¡y nos alegramos de que así fuera! (Hay que reconocer que un vaso de sangría suena mejor que un vaso de hipocrás).
Porcentaje de alcohol de la sangría de cava
La sangría es un clásico del verano, pero la sangría de cava es un poco más especial. Ligera, refrescante y una maravillosa mezcla de fruta y burbujas de cava. Rápida de preparar, es un cóctel fácil perfecto para cualquier ocasión, desde barbacoas de verano hasta fiestas de fin de año. Ir a la receta
Cuando vivía en España, no tomaba sangría muy a menudo. Lo más típico era beber vino (normalmente tinto) o cerveza, además de algunos cócteles en Madrid. La mayoría de las ocasiones especiales, y a veces cualquier excusa para reunirse, significaba abrir un poco de cava.
No había tantas opciones para salir, aunque sí encontrábamos buena comida, con platos favoritos como las patatas bravas, las llescas (pizza de pan catalana), la coca (pizza española) y otros, pero los locales no estaban precisamente de moda.
Pero eso empezó a cambiar (y ahora mucho más, como comprobé cuando volví hace unos años). Fue en uno de los nuevos locales de moda donde probé por primera vez la sangría de cava y quedé prendado de ella de inmediato.
Ya me había aficionado al cava, que me parece muy poco apreciado fuera de España. El champán se lleva la gloria, pero creo que algunos cavas tienen un sabor mucho más redondo que personalmente prefiero. Pero quizá no debería promocionarlo demasiado, ya que es bastante agradable siendo mucho más barato.