Receta de Dulce de higo
Chutney de higos
Los higos (ficus carica) son una de las frutas más jugosas, dulces y aromáticas del final del verano. También tienen una rica historia: mencionados en la Biblia, se dice que crecían en el Jardín del Edén y que sus hojas se utilizaron supuestamente para cubrir la desnudez de Adán y Eva.
Los higos tienen forma de campana y la piel ligeramente arrugada y coriácea. Pueden ser marrones, morados, verdes, amarillos o negros, y su tamaño varía. Su alto contenido en azúcar hace de los higos una de las frutas más dulces. Cada “fruto” de higo es en realidad una cabeza de flor cerrada que contiene muchas flores diminutas y semillas.
Conservar los higos maduros en frío retrasa su deterioro. Si no los va a consumir inmediatamente, guárdelos en una bolsa de plástico en la parte más fría del frigorífico durante un máximo de dos días. La refrigeración puede estropear el sabor, así que saque los higos de la nevera para servirlos a temperatura ambiente. Los higos poco maduros pueden conservarse a temperatura ambiente durante uno o dos días hasta que la pulpa se ablande.
Los higos contienen pequeñas cantidades de potasio, magnesio, calcio y vitamina B6, mientras que la gran cantidad de pequeñas semillas comestibles y la piel comestible suponen un alto contenido en fibra. La piel de color rojo púrpura indica niveles de fitoquímicos antioxidantes protectores.
Recetas con higos frescos
La mermelada de higos es uno de los mayores placeres de la vida y puede prolongar la vida de esta hermosa fruta de temporada preparando una sencilla y deliciosa mermelada de higos. Esta mermelada de higos utiliza higos frescos, vainilla, limón y jerez Pedro Ximénez para hacer una mermelada de higos maravillosamente versátil que tiene muchos usos, ya sea para el desayuno, la merienda o el postre.
Todos los años espero con impaciencia la temporada de higos. Los higos son mi fruta favorita y puedo comerme media docena de ellos si están maduros y sabrosos. Por desgracia, este año no ha sido muy bueno para los higos y la mayoría de los higos resultantes han sido un poco leñosos y secos. Se pueden comprar higos sabrosos, pero su precio es por higo y cuando están maduros ronda los 2 dólares cada uno. Dicho esto, no hay forma de que quieras utilizarlos en una mermelada en la que necesites un kilo de ellos porque sería una mermelada muy cara y es mejor que te comas esos higos frescos por sí mismos.
Si compra los higos en una caja precintada, es probable que de vez en cuando haya alguno bueno, pero la mayoría serán leñosos y secos, y ésa es la razón por la que son tan baratos. Y aunque pueden ser insatisfactorios para comerlos solos, estos higos son una base maravillosa para la mermelada de higo.
Mermelada de higos
Muchos de vosotros os estaréis preguntando cómo se me ha podido ocurrir que eso sea un problema, pero, en realidad, ni siquiera me gustan los higos. No me gusta su sabor, y las semillas me resultan extrañas. Ni hablemos de su forma y de a qué se parecen… Me conformo con comer otras frutas, gracias.
Pero cuando tienes una higuera gigante en el jardín que produce infinitamente durante todo el verano, bueno, tienes que encontrar algo que hacer con ellas. Así que los regalo (estoy considerando venderlos, debido a que los vi en el mercado de agricultores este fin de semana ¡a cuatro dólares la libra!), le doy de comer unos cuantos al perro, y luego me rindo cuando el árbol está a punto de caerse con el peso de su fruta madura y hago mermelada.
¿Lo curioso? La mermelada está bastante buena. Para mí sigue siendo demasiado a higo, pero conozco a gente que adora los higos. Y cuando se combina con un montón de mantequilla de cacahuete y se aplasta entre un poco de pan, es realmente bastante buena. De una manera extraña que ni siquiera me gusta.
De alguna manera me encuentro metiendo la cuchara de nuevo en el frasco por un poco más. Y lo mejor es que las semillas no se notan tanto y no tiene una forma desagradable. Así se solucionan esos dos problemas.
Receta de higos verdes
Es importante esterilizar los tarros para evitar la formación de moho. Los tarros pueden esterilizarse de varias maneras. En primer lugar, elija tarros de cristal con tapa hermética. Quite las etiquetas viejas y asegúrese de que no tengan grietas ni astillas. Lávalos con agua caliente y jabón, acláralos y, a continuación, esterilízalos con uno de los métodos siguientes:
Estufa: Coloque los tarros y las tapas en una cacerola honda y cúbralos con agua fría. Lleve el agua a ebullición a fuego fuerte, reduzca el fuego a medio y deje hervir durante 10 minutos. Forrar una bandeja de horno con papel de cocina. Retire los tarros con unas pinzas metálicas y déjelos secar al aire o con una toalla de papel limpia.
Lavavajillas: Introduce los tarros, las tapas y las juntas de goma en el lavavajillas en el ciclo más caliente. Retíralos y colócalos en una bandeja forrada con papel de cocina; el calor los secará de forma natural o puedes secarlos con papel de cocina.