Receta de Queso Mató
Receta de mayonesa
En una bandeja de horno, rocíe 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra y añada las rodajas de remolacha, el tomillo y un poco de sal y pimienta. Asar en el horno durante 25-30 minutos o hasta que la remolacha esté tierna y ligeramente tostada.
Derretir la mantequilla con 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra en una sartén grande a fuego fuerte. Añadir los champiñones laminados y cocinar hasta que empiecen a caramelizarse, unos 5 minutos. Añadir el ajo y cocinar de 30 segundos a 1 minuto. Retirar los champiñones y el ajo de la sartén y reservar.
En la misma sartén, añada el vinagre balsámico, la miel y la guindilla picada. Llevar a ebullición a fuego medio-alto y cocer a fuego lento durante 5-8 minutos o hasta que el vinagre balsámico se haya reducido aproximadamente 1/3 y esté pegajoso al tacto.
Mel i mató
El mató es un queso de suero[3] similar a las variantes no industriales de los quesos frescos conocidos como Brull en el Maestrat, Ports de Beseit y las Terres de l’Ebre meridionales[4] y como Brossat en Andorra, Pallars, Menorca, Mallorca y partes de Occitania,[5] así como el brocciu en Córcega y otros tipos de requesón como la ricotta italiana.
El mató se menciona en el Sent Soví, un libro de cocina catalana del siglo XIV, así como en el villancico local El Noi de la Mare[6]. Fue muy popular durante la Edad Media, cuando se elaboraba al natural o perfumado con flores de naranjo[8].
Se elabora artesanalmente hirviendo la leche y coagulándola con un elemento vegetal como la flor de cardo (Cynara cardunculus), zumo de limón o un elemento animal (cuajo). El producto resultante se filtra a través de un paño en recipientes de mimbre o caña. Se obtiene así una masa pastosa blanca y ligeramente dulce por efecto de la concentración de lactosa en la leche.
El mató se consume como postre. Se puede espolvorear con azúcar, aunque la forma más tradicional es la que utiliza miel para endulzarlo. También se utiliza en algunas preparaciones como la tarta de requesón (Greixonera de Brossat), así como en la elaboración de un pastel como la coca de brossat (coc de brossat).
Queso Mató cerca de mí
El queso campesino es un queso fresco blanco suave, no prensado ni curado, de textura desmenuzable y sabor sutil. Increíblemente versátil, este tipo de queso puede comerse con pan o galletas saladas o desmenuzado sobre ensaladas. Se suele utilizar para hacer blintzes de queso, hace una pasta rellena increíble y añade mucho sabor y textura a la lasaña y los guisos. Puede mezclarse con quesos como el ricotta o el yogur desnatado, y prepararse en salsas o como parte de parfaits y postres. El queso campesino puede ser una alternativa a la ricotta o el mascarpone en determinadas recetas en las que no se necesita una textura sedosa en el producto final; en efecto, la cuajada del queso campesino dará textura a todos los platos en los que se utilice.
Este queso puede hacerse fácilmente en casa; sólo requiere algo de paciencia y tres ingredientes. Una vez que empiece a utilizar este sorprendente producto, se enamorará de su versatilidad y lo incorporará a innumerables recetas. Al tratarse de un queso fresco, puede personalizarse fácilmente con sus complementos favoritos. Mezcle hierbas frescas con la cuajada o espolvoréelas sobre el queso campesino terminado junto con aceite de oliva y copos de pimiento rojo. Añada especias secas, como pimienta negra, cayena o comino, para preparar maravillosas salsas. Utilícelo como si fuera queso fresco o de cabra.
Receta Mel i mató
El mel i mató es un postre catalán elaborado con mató, un queso fresco de Cataluña elaborado con leche de vaca o de cabra sin sal añadida. Su textura es similar a la del requesón, aunque su sabor es más suave, y se adereza con miel y frutos secos.
Es un postre tradicional que se remonta a la Edad Media, cuando el queso de mató se elaboraba sólo con leche de cabra porque la de vaca era demasiado cara, aunque sigue siendo muy apreciado en toda la región.
Lo encontrará en la carta de muchos restaurantes catalanes de Barcelona y merece la pena probarlo. El queso es muy suave y cremoso, mientras que la miel le añade un dulzor maravilloso y las nueces una textura crujiente brillante, dando como resultado un dulce ligero pero delicioso.
Además, es relativamente sano, así que no hay por qué sentirse culpable. Así que si tienes una cena o simplemente te apetece probar este postre decadente, aquí tienes un par de recetas diferentes para elegir, dependiendo de lo bien que te manejes en la cocina.